Friday, August 10, 2007

Vergüenza Ajena

El otro día, un día cualquiera, me preguntaron por que los argentinos éramos tan “cochinos”.

¿Por qué tiene que pasar, que nos conocen por las estafas, trastadas o seudo-vivezas?

¿Por qué tenemos que pagar santos por pecadores, por qué YO, para no generalizar, tengo que poner la cara cuando un “atorrante” (para apelar al vocabulario popular) se manda una avivada? ¿Por qué es argentino?

¿Por qué TODOS debemos llevar el cartel de tránsfugas, estafadores o malandras? ¿Por qué nacimos en una misma tierra?

Es cierto que nuestro país proporciona una buena educación, es cierto que es un país generoso y que la mayoría de sus hijos son gente buena, cordial y de buen corazón.

Pero lo que es una pena, una vergüenza y una desgracia que por una minoría inescrupulosa, amiga de las avivadas paguemos todos, y sobre todo nuestra patria: ARGENTINA, Nuestro País.

Y a esta altura del partido, me acuerdo de un artículo que me gustaría compartir con todos: Sentido Común.

“Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, Sentido Común, que ha estado entre nosotros durante muchos años.

Nadie sabe a ciencia cierta, cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento ya hace mucho se han perdido en los vericuetos de la burocracia.

Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas (no gastes más de lo que ganas) y estrategias parentales confiables, (los adultos, no los niños, están a cargo).

Sentido Común perdió su deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en contrabando; las iglesias en negocios; los rumores en verdades y los criminales recibían mejor trato que sus víctimas.

Para Sentido Común fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pueda demandarnos a nosotros, los dueños.

La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Verdad y Confianza; la de su esposa, Discreción; su hija Responsabilidad y su hijo, Raciocinio.

Lo sobreviven sus tres hermanastros; Conozco Mis Derechos, Otro Tiene La Culpa y Yo soy Una Víctima. No hubo mucha gente en su funeral porque muy pocos se enteraron que se había ido. Si aun lo recordás, comentá este articulo. Caso contrario, únete a la mayoría y no hagas nada.”

Con mucho cariño a mis compatriotas.

Ana M Gandini

Lic. En Psicología (AR)